Transición
Hoy, hace justo 86 años y 3 meses, estalló lo que conocemos como la Guerra Civil española. El 18 de julio de 1936 los militares se enfrentaron contra las autoridades republicanas, suponiendo el principio de una guerra que no termina hasta el 1 de abril de 1936, cuando el general Francisco Franco comunica su fin.
Durante esos tres años España
sufrió grandes pérdidas, tanto el bando nacional como el bando republicano.
Este último estuvo apoyado por la Unión Soviética, mientras que el bando
nacional contó con la ayuda alemana de Adolf Hitler y con la ayuda italiana de
Mussolini. Estos dirigentes eran de ideología similar a la de Franco, quien
tomo sus dictaduras como modelo a seguir para crear la suya después. Al acabar
la guerra, Franco implanta en España una dictadura que se consolida con el paso
del tiempo. El general gobierna con mano dura y con un régimen dictatorial que
revoluciona el país en todos los contextos. Sin embargo, a pesar de la cantidad
de estragos que deja el régimen dictatorial tras de sí, nos encontramos que, al
finalizar la dictadura, la administración española es una de las más eficientes
a nivel europeo. La industria, que había pasado de representar el 12%del PIB en 1950, termina triplicando esa cifra constituyendo un 36% del
producto interior bruto.
No obstante, la división que existía en aquella época entre la España republicana y la nacionalista es palpable hoy en día, aún se sostiene el argumento diferencial entre conservadores y progresistas, entre rojos y azules, aún se siguen viendo familias que cortan las relaciones entre sí por tener ideologías distintas. Pero esta distinción viene de mucho antes de la Guerra Civil, ya lo decía Antonio Machado 20 años antes de la guerra:
Ya hay un español que quiereOriginal aquí |
En el primer trienio de la transición,
que abarca desde 1976 a 1978, a pesar de que se registra un crecimiento
económico de España, el empleo no solo no se recuperó, sino que descendió,
según la EPA. Causa de ello es la inflación, el desequilibrio de la balanza de
pagos y el cambio político de Irán, que supuso el aumento del precio de
petróleo. Esta crisis petrolera coincide con la llegada de Adolfo Suárez a la
presidencia del gobierno, el cual también fue un gran apoyo para Franco.
Era un momento delicado, pues la
inflación dejó de bajar, y aunque se tomaron medidas para evitarlo, la economía
española quedó estancada hasta bien entrado los 80. Quizás uno de los motivos
del estancamiento fue la escasa visión global que tenían, pues en el campo de la política industrial no se
diseñó ninguna estrategia para hacer frente a la crisis de industrial que
sufría el país.
Por otro lado, el golpe de Estado del 23 de febrero y la dimisión de Adolfo Suárez suponen un cambio radical en cuanto al centro de interés. Se deja a un lado la política económica para centrarse en el afianzamiento de la Constitución y la democracia.
El fin de la Transición es un poco ambiguo, pero oficialmente se da por acabada en 1982, con las elecciones en las que el partido socialista sale victorioso, marcando un hito en la historia, ya que un cambio de gobierno no sucedía desde hacía medio centenario.
Finalmente, España comenzó a recuperarse poco a poco en 1985, reforzándose en los años siguientes, pero el país no terminó de levantar cabeza cuando en 2008 es azotado por otra crisis económica, donde el paro volvió a estar a la orden del día. Sin embargo, lo más significativo de este acontecimiento no es la democracia en sí, es la capacidad de haber logrado pasar de una dictadura a una democracia, sin apenas conflictos ni guerras civiles.
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