¿QUÉ LE OCURRIÓ AL PATRÓN ORO?

La inflación derivada de una exagerada emisión de papel moneda ha sido una preocupación desde hace cientos de años y a lo largo de la historia se ha demostrado que la mayoría de los Estados y entidades financieras que han tenido la posibilidad de emitir han abusado de ese poder. De esta forma, surgió la necesidad de respaldar esa emisión de papel, con reservas de metales preciosos para evitar el exceso de emisiones. A partir de aquí, es normal plantearse ¿por qué el oro? Las principales explicaciones se deben a sus propiedades intrínsecas ya que  se trata de un material duradero, divisible, fácil de falsificar y además es aceptado mundialmente.

Este nuevo sistema, el cual tuvo sus orígenes en el siglo XIX y sirvió como respaldo del sistema financiero internacional, fue denominado Patrón Oro  e implicaba una estricta disciplina monetaria puesto que la cantidad de dinero en circulación establecida por el Banco Central, correspondía estrictamente a la cantidad de reservas metálicas guardadas. Es decir, si se emitía un billete con un determinado valor, era porque se tenía dicho valor guardado en oro, lo que permitiría a cualquier persona dirigirse al banco con ese billete y cambiarlo.

El Patrón Oro estuvo vigente hasta la Primera Guerra Mundial, momento a partir del cual, provocó que la situación cambiase. Muchos países se vieron afectados, tuvieron bajas tanto en capital humano como en físico, por lo que tuvieron la obligación de imprimir más papel moneda para poder financiar el esfuerzo bélico y sus desastrosas consecuencias.


Emisiones de papel moneda con respecto al oro

De esta forma, el papel moneda dejaba de ser respaldado por el oro ya que no había suficiente metal precioso para respaldar todo el dinero que se emitía y empezó a ser respaldado por una promesa de pago por parte del estado, es decir, el respaldo a partir de ese momento, era la confianza.


Al finalizar la Segunda Guerra Mundial, Estados Unidos fue el gran beneficiario ya que sirvió de proveedor de todo tipo de bienes durante el conflicto y  además se dedicó a otorgar préstamos a los demás países a cambio de oro,  por lo que se convirtió en la mayor potencia mundial la cual contaba con las dos terceras partes de las reservas de oro del mundo. 

En esta situación, con una Europa destruida y su economía en declive, se dio la necesidad de crear un nuevo sistema monetario internacional. Estados Unidos recibió a los 44 representantes de las naciones más influyentes dando lugar a uno de los eventos de mayor relevancia conocido como Los Acuerdos de Bretton Woods.

A partir de esta reunión todos los países fijaban sus divisas en relación al dólar y EEUU se comprometía a fijar el dólar en relación al oro. Se comprometió a mantener el precio del oro en 35 dólares la onza y se autorizó el cambio de dólares por oro a ese precio, sin ningún tipo de limitación o restricción. Esto permitía la estabilidad del dólar, que serviría de referencia para que los demás países fijaran el precio de sus monedas.

Conferencia de Bretton Woods


No obstante, el sistema fijado en Bretton Woods se mantuvo vigente durante tres décadas hasta que una nueva guerra provocó su desestabilización. EEUU empezó a tener problemas puesto que estaba incurriendo en gastos importantes para poder financiar la guerra de Vietnam y se dedicó a imprimir mucho más dinero del que realmente podía respaldar en oro. De esta forma en el año 1971, el presidente Richard Nixton decidió desvincularse por completo de los acuerdos de Bretton Woods y, como consecuencia, del Patrón Oro.

Esto convirtió en las demás divisas en monedas frías, es decir, solo respaldadas por las confianza que todo el mundo le daba al papel moneda. De este modo, los países tenían la posibilidad de imprimir billetes sin restricción, de acuerdo con lo establecido por cada Estado, basándose en su confianza.


Se puede decir que la credibilidad en el pasado la daba al oro, que era medible, en el presente es algo más abstracto y posiblemente en el futuro tengamos un nuevo sistema monetario. Aumentar el dinero en circulación se traduce en una devaluación de la moneda y tarde o temprano el mundo perderá la confianza en estas monedas como ha sucedido tantas veces en el pasado. Sin embargo, el mundo es demasiado cambiante como para poder afirmar cómo funcionará un nuevo sistema monetario.

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