Una guerra terminada casi un siglo después

de octubre de 2010, 99 años después de la firma del Tratado de Versalles, Alemania termina de pagar el último pago de su deuda. 

Lo que comenzó siendo un plan de paz mundial propuesto por Woodrow Wilson cuyo objetivo era fundar una asociación de naciones para garantizar la seguridad en Europa e impedir que los países firmasen tratados secretos de protección mutua, se convirtió en un castigo para el territorio alemán.
El Tratado de Versalles es considerado uno de los tratados más odiados de la historia y fue quien zanjó la Primera Guerra Mundial y, al mismo tiempo, quien provocó la Segunda. 
Se firmó el 28 de junio de 1919 en el Salón de los Espejos del Palacio de Versalles, donde se reunieron los 4 países vencedores del conflicto: Estados Unidos, Francia, Gran Bretaña e Italia junto a sus respectivos representantes: Woodrow Wilson, Georges Clemenceau, David Lloyd George y Vittorio Orlando


Se debatieron muchos asuntos pero los más polémicos fueron los que consideraron a Alemania principal culpable del conflicto. 
La Primera Guerra Mundial dejó unas 15 millones de víctimas (casi el 60% de las personas que participaron) y destrozó tierras agrícolas, ciudades y campos de batalla de toda Europa. 
Es por eso que este documento se encargó de arrebatarle a Alemania el 13 % de los territorios que disponía en 1914 y una décima parte de su población. También le sometió al pago de indemnizaciones económicas y a la entrega de recursos y materias primas a los países vencedores. 

Alemania presentaba una deuda prácticamente inasumible de tal forma que hasta hace poco más de 10 años no se dió por finalizada la Primera Guerra Mundial con el último pago llevado a cabo por la canciller Angela Merkel, que tuvo que entregar unos 69,9 millones de euros en concepto de indemnización a los países vencedores. 

«Es evidente que el Tratado de Versalles fue moralmente traumático para los alemanes, como lo es que las dificultades que aquella inmensa deuda causó a la economía sirvieron después de base para el descontento y la desesperación que llevaron a muchos a votar a Adolf Hitler», reconoce Heldried Spitra, directora del Departamento de Historia de ARD.

Los deseos de paz tras la Primera Guerra Mundial, no fueron los esperados. Los alemanes utilizaron dicho tratado como punto de encuentro nacionalista y Adolf Hitler lo consideró como una paz impuesta la cual violó de manera repetida durante los años 30. 

El Tratado de Versalles ocasionó una especie de odio en la población alemana hacia todo aquello que no fuese alemán y dio lugar a la matanza más grande de la historia durante el régimen nazi que provocó al asesinato cruel y despiadado de más de 11 millones de judíos con el objetivo de mantener “una raza pura”.
El nazismo se inició el 30 de enero de 1933 con la designación de Adolf Hitler como el canciller alemán que puso fin a la democracia del país. Los nazis, inspirados en ideas autoritarias y racistas, se dedicaron a abolir las libertades básicas y buscaron crear una comunidad Volk, la cual unía a todas las clases sociales y las regiones de Alemania bajo el control de Hitler. 

El Tratado de Versalles fue recibido como un insulto y una humillación por parte del territorio alemán, el cual presentó unas consecuencias económicas terribles, desatando la hiperinflación, el sufrimiento social y la inestabilidad política. Todo esto derivo en terribles consecuencias como pueden verse reflejadas en el pronunciamiento de la Segunda Guerra Mundial.

Por lo tanto podemos ver como las “mejores intenciones” pueden derivar en consecuencias trágicas e inesperadas como es una nueva Guerra Mundial

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